Es ahora. Justo en el momento en que la extensa sequía llegó a su fin y las primeras lluvias abren el período de mayores precipitaciones del año, es momento de subir al techo para asegurarnos de que la cubierta esté en orden y que todo funcione correctamente para evitar dolores de cabeza en el futuro.
Una buena revisión y un tratamiento adecuado de los sectores que así lo demanden contrarrestarán la posibilidad de que la amenaza latente de la humedad interior disminuya y con ello podamos gozar de un verano en calma.
Esteban Roccia, titular de una firma que se dedica desde hace décadas a la impermeabilización de techos y superficies, señala que transitamos el período ideal para anticiparnos a cualquier tipo de agresión que pueda significar la filtración de agua en una edificación.
En ese contexto, se refirió a la importancia de repasar el estado en el que se encuentra el contratecho de las viviendas de forma tal de asegurarnos que el agua no tenga posibilidad de atravesar esa capa y recalar en la losa donde quedará contenida y propiciará futuras filtraciones.
En este caso, se recomienda una impermeabilización total de la superficie y para ello existen distintas alternativas, como la adopción de membranas líquidas, tales como pinturas en diferentes presentaciones (poliuretánicas, acrílicas, entre otras), membranas tradicionales (asfálticas) o membranas con geotextil.
La membrana asfáltica con terminación geotextil de poliéster está conformada por un film antiadherente de polietileno de alta densidad, una capa de asfalto normalizado, un alma central de polietileno de alta densidad, otra capa de asfalto normalizado y, en la superficie, una capa de autoprotección de geotextil de poliéster.
Esta última ofrece resistencia al daño que pudiera ocasionar el tránsito en el sector o una pedrea, por ejemplo, cada vez más recurrentes en épocas estivales, y puede ser aplicada tanto en un techo plano de hormigón como en techos inclinados de chapa. “Se sugiere para la colocación de éstas membranas, que son materiales muy nobles y confiables, que quién lo realice tenga experiencia y esté debidamente capacitado”, señala.
Revisar los desagues
Una minuciosa revisión de los desagües pluviales y canaletas nos asegurará que el drenaje del agua de lluvia sea eficiente y evitará la acumulación de la misma en la cubierta, algo indispensable al momento de evitar filtraciones.
“Es importante verificar los desagües que no estén obstruidos con algún elemento, a fin de asegurarnos que funcionen bien cuando se necesite. Otro punto a tener en cuenta es revisar las cañerías de agua aéreas, que no presenten pérdidas y lo que se sugiere es aislarlas para mantenerlas en buenas condiciones y defenderlas de las inclemencias climáticas”, puntualiza Roccia.
También será fundamental detenernos a revisar si existen manchas de humedad en el techo que sean un indicador del sector donde puedan ocurrir filtraciones.
Otro punto a atender para evitar la visita indeseada de la humedad en los interiores estará dado por el correcto sellado de las distintas aberturas que una edificación pueda tener hacia el exterior, como así también los sectores donde se canaliza el cableado o las instalaciones sanitarias, por donde también puede llegar a escurrir el agua.
El uso de materiales acordes a cada situación nos permitirá optimizar el sistema de aislación en cada ambiente.
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