La pandemia por el coronavirus, la crisis económica y la suba de la divisa estadounidenses son un cóctel letal para el mercado inmobiliario. El sector no parece reactivarse y ya no hay valores de referencia. “Tasar hoy una propiedad es muy complejo en este escenario”, describen los matriculados. Lo cierto es que hoy al tasar una misma propiedad hay una brecha que puede llegar hasta un 30% de diferencia según la inmobiliaria que lo haga.
“Lo que hay que diferenciar es un trabajo de tasación con un trabajo de captación que muchas veces se confunden, que este último es netamente comercial y en muchos casos es muy ambiguo”, explicó al respecto José Rozados director de Reporte Inmobiliario. Es que muchas veces los precios se inflan por la propia inmobiliaria para captar clientes. “En otros países el tasador es más independiente de lo que es la práctica comercial. En la Argentina a la hora de tasar se le pide a las inmobiliarias porque en nuestro país no está tan afianzado el crédito hipotecario”, agregó el especialista.
La realidad es que el valor en que se termina cerrando la operación es el verdadero precio del inmueble y no el publicado. Una práctica muy común en el mercado es poner un pecio de publicación para poder cerrar la operatoria hasta un 15% por debajo, en las negociaciones posteriores. “Muchas veces la tasación está utilizada como una práctica comercial, aceptando un valor que es el que suena mejor al oído de los clientes, a todos les gusta escuchar que lo que tienen vale lo máximo”, reconoció Rozados.
“Las diferencias existen porque se tasa mal. Hay que entender el contexto que se enfrenta al tomar los referentes. Hay tres métodos de evaluación, pero siempre se privilegia la de comparativos, es la que usamos para buscar precios, se compara las unidades con características similares y se ponderan las diferencias y en función de eso llegar a un valor. Pero muchas veces esos valores están distorsionados porque arrastran malas tasaciones”, explicó Rozados. Durante la pandemia muchas propiedades fueron retasadas, con el objetivo de ir mejorando estos problemas de arrastre, sin embargo las operaciones siguen siendo a cuenta gota.
Y es que a este escenario complejo se suma que hoy los propietarios, que no tienen urgencia de vender, no quieren bajar los precios de sus inmuebles porque no quieren desvalorizarse en dólares. Según un informe de Mercado Libre, los departamentos usados descendieron un 6% en octubre en comparación a la misma fecha del año pasado, un número insignificante si se tiene en cuenta que el dólar oficial subió un 33% en un año, sin tomar en cuenta el paralelo que tuvo un alza interanual del 158%.
Fuente: AMBITO
relacionadas
Construcción en seco: El sistema que eligen las nuevas generaciones en Argentina
EPRE autoriza nuevos aumentos de energía eléctrica
Uocra: «80 mil empleos menos en la construcción en Entre Ríos»