De repente una palabra resuena e inquieta. Se trata de standalone, la categoría en la cual ingresó la Argentina, que implica una caída con respecto a la de mercado emergente en la que estábamos y que se reserva a países con problemas políticos, regulatorios (controles para la movilidad de capital, por ejemplo) y poco confiables.
Argentina es un “defaulteador” serial, que genera una enorme desconfianza entre inversores locales e internacionales y especialmente los orientados a la economía real.
Esta no es la única materia en la que estamos aplazados. En el ranking de Competitividad del IMD, la Argentina está en el lugar 62 entre 63 países encuestados.
Alguien puede pensar y decir que esto es un tema importante sólo para banqueros opulentos, que a los ciudadanos de a pie no les importa. Y esto es mentira. Una más.
Esa calificación es el correlato de los elevados niveles de pobreza, de inflación, y de discrecionalidad. Por la falta de una visión clara acerca de nuestro rumbo político, social y económico. Por no tener un sistema claro de premios y castigos. Por tener instituciones muy débiles y egolatrías demasiado fuertes. Por no tener un proyecto de Nación que nos una, contemplando las normales diferencias.
Y creo que lo que nos debe preocupar no es esta “mala nota” puntual. Lo que nos debe interpelar y sacudir es la progresiva decadencia, que impacta directamente en la calidad de vida y en la vida misma.
Todas estas categorizaciones tienen que ver con cuán atractivo y confiable es un país para el capital (local y extranjero) que busca oportunidades. De la obtención de capital depende la posibilidad de desarrollar proyectos de inversión. De su concreción, depende la creación de trabajo.
Décadas de combate al capital y desprecio a los valores nos ha llevado a tener 42 % de pobres. El standalone nos recuerda que quizás es un buen momento para intentar otro camino. Y esta vez, en serio.
Fuente: RN
relacionadas
EPRE autoriza nuevos aumentos de energía eléctrica
Uocra: «80 mil empleos menos en la construcción en Entre Ríos»
Precios de inmuebles exhibieron una variación mensual negativa del 8,54%