abril 20, 2024

entreObras

Opinión: nuevo blanqueo de capitales

Por Carlos Spina y Gustavo Llambías, presidente y vicepresidente de Asociación de Empresarios de la Vivienda de la República Argentina.
Opinión: nuevo blanqueo de capitales

En general, los blanqueos de capitales no son medidas agradables ya que, obviamente, llevan implícita una idea negativa: el daño moral en que incurre el gobierno que lo promueve, al beneficiar al que evadió, en desmedro de aquel ciudadano que cumple con sus obligaciones impositivas, el regularmente penalizado contribuyente cumplidor.

No obstante, en el caso puntual de la ley N° 27.613 de Incentivo a la inversión, construcción y producción argentina, se incluyen medidas largamente pedidas por el sector, tal como el diferimiento en el pago de impuesto a las ganancias en el aporte de terrenos, o el beneficio en bienes personales para los compradores. Además, en este caso, se introdujo lo que llamamos originalmente “exteriorización productiva”, a partir de lo cual sólo pueden blanquear aquellos que decidan invertir en obra nueva; generando un círculo virtuoso a partir de la generación de puestos de trabajo, invertir en bienes registrables y dinamismo económico. Es sabido que la construcción posee el factor multiplicador de empleo más alto de la Argentina razón por la cual es llamada Madre de Industrias.

A la vez, es una inversión 100% federal puesto que aplica a todas las ciudades del país, incluso con beneficios ascendentes a medida que los fondos blanqueados se inviertan a mayor distancia de la Ciudad de Buenos Aires.

Hay otros aspectos positivos: es un ejemplo del consenso que muchas veces cuesta conseguir, ingresada por el actual ministro de Economía, en ese momento presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en conjunto con el presidente de la bancada opositora, Cristian Ritondo.

Asimismo, se debe señalar que si bien se formalizan ahorros de una economía que opera en un elevado porcentaje de informalidad, no necesariamente los dólares no declarados provienen de evasión. ¿Por qué? Porque durante muchos años estuvo (y de hecho está) vedado el acceso al dólar para el ahorrista tradicional (sin incurrir, claro, en cuestiones alejadas del público común como el llamado dólar MEP o Bolsa); con lo cual y dado el claro perjuicio de ahorrar en pesos, muchos pequeños ahorristas han comprado dólares informales con pesos ganados por una actividad por la que tributaron. Así las cosas, blanquear dólares, que en muchas oportunidades fueron comprados con pesos blancos, parece algo razonable.

También hay otros motivos que llevan a pensar por qué debería funcionar esta vez. El blanqueo de la ley de incentivos anterior convivió con la salida de la pandemia, los bancos atendían a clientes solo con turnos, la dificultad para obtener la reglamentación en AFIP, CNV, BCRA, Hacienda… lo cual generó una ventana demasiado corta para el primer y más interesante tramo.

Más aún, ya están funcionando tanto el Registro de Proyectos Inmobiliarios (REPI) que lleva adelante la AFIP, como el sistema para obtener el Código de Registro de Proyecto Inmobiliario (COPI), que el año pasado demoraron en ponerse en funciones y ocasionaron grandes pérdidas de tiempo.

Además, el blanqueo sobre todo en el primer tramo es muy atractivo, dado que blanqueando dólares la alícuota se paga al oficial, bajando el costo a prácticamente el 50%, es decir con 2,5% los primeros 90 días se puede acceder al blanqueo para comprar inmuebles que cuenten con el Código de Proyectos Inmobiliarios hasta el 31/12/2024. En otras palabras, si bien las alícuotas se evalúan en el momento del blanqueo, hay tiempo hasta el 2024 para decidir en qué proyecto invertir.

De esta manera, los interesados ya mismo pueden dirigirse a su banco, pedir la apertura de una cuenta especial para blanqueo y detectar proyectos que figuren en el REPI, que pueden ser proyectos que ya estaban anotados antes o proyectos nuevos.

A la vez, hoy vemos un cambio de tendencia y paulatino aumento en la compra de inmuebles. ¿Por qué? Por los costos bajos al momento de la compra, el mercado entiende que estamos en un piso y que debería haber una recomposición de precios hacia adelante. Asimismo, las inversiones en el exterior o quedarse en billetes no parecen muy inteligentes a la luz de la inflación en USA y Europa. “Las monedas duras se ablandaron”.

Por último, esta ley 27.613 y la prórroga otorgada por la 27.679 son un logro de toda la Mesa de la Vivienda que nuclea a CAMARCO, UOCRA, CEDU y AEV que surge del consenso de la cadena de valor en varios puntos:

– La nuestra es una industria que al reactivarse no consume dólares, sino que los genera y exterioriza.
– Es una Industria local, una red de decenas de miles de proveedores.
– Es una Industria federal. En cada ciudad y cada provincia hay constructoras de todo tamaño.
– Es la industria con el mayor factor multiplicador de empleo.
– El 70% de nuestra construcción es privada y de este porcentaje cerca de un 70% es vivienda.

De esta manera, impulsar la construcción es impulsar la vivienda que es también un ordenador social. Apuntalar medidas que tiendan a reducir el déficit habitacional es un deber moral que tenemos como Institución.

Link de acceso a reglamentación Decreto 556/2022 Ley N° 27.679

Fuente: Reporte Inmobiliario